martes, 5 de diciembre de 2017

Duplicidad


abrirás la duplicidad
de esa ventana empañada
que ves en mis ojos
y encontrarás un niño
de lluvia y barro
sentado frente a otras ventanas
que cerrarán tus párpados
cuando la noche
cruce la última palabra
que nos separa

entonces podremos
decirnos una nueva tormenta
con la boca y las manos:

‘‘cae cae levántate
seamos el sol que no sale
pero salgamos a encender
otros pájaros’’


De ‘‘Juegan al cielo'’

Omar Ochi







viernes, 17 de noviembre de 2017

Historia de esa estrella que fuimos



No te conozco,
pero ya imagino mi mano y tu palma
unidas por la cinta estelar
que encontré en mi infancia.
No está de más escribir
en el margen de algunas constelaciones
que oyes mi cosmos
aunque hoy no me escuchas,
que no me atrevo a dar nuestro primer paso,
primer destello de susurrarnos
que abres el día y la noche
en tu mirada ígnea
y la vida te queda muy bien esta tarde.
Eres más bella
en el bosque
de las medusas que ondulan el aire,
entre las cascadas
y los ciervos de cristal
bebiendo el silencio
que solo nosotros entendemos,
en el planeta rojo de nueve lunas,
héroes lunáticos
en cada estrella a la que viajamos
desde tus formas de pasar
frente a mi silla inmóvil, inquieta
de un bufet donde sucedes
sin preguntarme el nombre
de todo lo que he callado,
donde me callo por más que griten mis ojos
para dejar que el tiempo
diga el próximo poema…


De ‘‘Edel III: ventanas e historias de renacidos’’

Omar Ochi




lunes, 3 de abril de 2017

El arte del tempus



He aprendido a vivir con mi máscara:
ocultar las arrugas, las cruces, los fantasmas,
la mujer que encendió el fuego de mi agonía;
las cenizas de cada ilusión.

He aprendido la semejanza entre
amar la vida y hacer el amor,
pues te amo
y no dormís en mi cama;
te cubro con el manto de la distancia
y seguís desnuda.

He aprendido que, a veces,
la lluvia no te conmueve,
los llantos no son monedas,
lloro como hombre
y no volvés a mi lado,
estoy sentado en tu ausencia
y sigo de pie.

Las noches también me enseñaron
el arte del olvido:

enfrentar el espejo y desconocerme,
ser feliz con mis manos a pesar de sus víctimas.

He aprendido que
                     en realidad
                                no aprendí nada.



De ‘‘Historia del tiempo’’

Omar Ochi