lunes, 30 de septiembre de 2019

30 de septiembre


Esta noche, a las dos y cuarto de tu vigilia,
entre la espada que sueña sus duelos
y el lirio que tiene tu segunda sombra,
me pregunto cómo será
recorrer tu cuerpo, tus miedos,
la estética de tus impulsos
con la punta de mi lengua
y el alfil de una palabra
que nace en el silencio de dos viajeros
sentenciados a la libertad.
Es un placer viajar con vos
por esta calle que nos camina y nos reconoce,
tal vez de otras lunas,
quizá del día en que te caíste
de tu primera bicicleta
sin saber que hoy te levantarías
para ser mujer y melodía
en la música de esos poemas:
‘‘oscura como la luz’’,
‘‘fuerte y sutil como la leona
que alza sus alas de fénix’’.
Entonces descubro que puedo escribirte
las palabras más hermosas
en esta vuelta de manzana,
porque vos, Paula,
sos esa palabra y esa luciérnaga
que me recuerdan
que nadie ha movido nuestras tazas de café
de la mesa seis
de aquel restobar de Peatonal Sarmiento;
pero ahora, a las dos y cuarto
de la sed de los anfibios,
entre el lirio que sueña sus jardines
y la espada que afila tu segunda sombra,
el tiempo se ha detenido,
quiero beber tu nueva copa,
flama húmeda de tu mejor risa;
quiero reír al comprender que,
en este instante y en nuestra distancia,
nadie canta con los ojos cerrados,
pero ambos escuchamos la misma canción.


De ‘‘Edel: el libro de once puertas’’

30/09/19

Omar Ochi