Un
patio y una casa… Una infancia repleta de juegos y mundos fantásticos… Ocho
amigos… Una rutina… Una promesa… Un tiempo que es varios tiempos en el rostro
de cada uno de estos aventureros con quienes compartí una etapa de felicidad
que ya quedó escrita…
Mario Rubio, David Farina (Negro),
Rodrigo Becerra (Chori), Daniel Albornoz (Chata), David Pucheta y mis hermanos
Pablo y Abel son los protagonistas o, mejor dicho, los cómplices de esta
memoria.
De lunes a viernes, improvisábamos juntadas
de verano (juntar monedas para alquilar entre todos una película, construir una
cancha en las vías, escuchar Limp Bizkit y Vilma Palma mientras nos burlábamos
unos de otros –con cariño-, meternos en problemas, contar historias graciosas,
etc…). Los sábados en la mañana jugábamos al fútbol en el potrero del barrio,
armando dos equipos de cuatro y cuatro. En la tarde, viajábamos al Centro,
comprábamos un juego de Playstation, paseábamos y comíamos un pancho. Al otro
día, disfrutábamos nuestra rutina preferida: jugar a los videojuegos y golpear
al Chata cada vez que nos provocaba en una batalla de Tekken y nos insultaba con
los pensamientos.
Si en una reunión estábamos los ocho
presentes, solía anotar las fechas en una figurita deportiva. Cuando faltaba alguien, no
perdíamos la felicidad, pero sentía que había un reloj incompleto.
No puedo enumerar nuestras simples e
inolvidables anécdotas, porque fueron demasiadas y cada personaje tuvo sus
propios disparates. Sin embargo, en aquel 2002, les hice una promesa: les prometí
que, de alguna forma, podríamos inmortalizar y escribir aquellos momentos que
nadie habría de robarnos. Y así fue…
Diez años después, gané el
Gran Premio Vendimia De Poesía 2012, con un libro llamado ‘‘Historia del tiempo’’.
Lo más sorprendente y milagroso es que en ese libro escribí mi infancia, las
ocurrencias de los ocho amigos, el pasado, la adultez; y en la dedicatoria
figuran los nombres de mi madre y todos ellos.
Tuve la oportunidad de presentar esa obra en
la Feria Internacional Del Libro De Buenos Aires, y mañana (11/10/13), es una
fecha más que importante, pues lo presento acá, en Mendoza, la tierra donde
sucedió todo…
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A
veces tenemos miedo de convertirnos en Peter Pan por volver a caminar en un paraíso que ya es historia pasada. No obstante, el tiempo, de vez
en cuando, también necesita una buena dosis de locura y un diálogo con los
niños perdidos.
10/10/13
Omar Ochi
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