No
se habla de tus laureles,
ni
de los montes que tiemblan
ante
el poder del poeta.
No
se trata de verdades
la
pluma que piensa y juzga
el
valor estético de tus venas.
No
hablo de tu antigua vida,
sino
del rostro que veo
en
el fondo del espejo:
espejo
de tu voz en la nada,
escribiendo
a oscuras,
hombre
abandonado.
Hombre
y dos veces dolor;
gritando
sin ser oído,
llorando
lágrimas que lloran.
Puedo
imaginarte caminando
entre
gentes y ciudades,
pero
siempre caminando solo.
Puedo
vestirte
con
la desnudez de mis canciones,
porque
ya conozco este asunto:
escribir
es volver
a
la semilla y la tierra,
aprender
las virtudes de las piedras
y
entregarse al vuelo.
Es
esto que sufrís
en
la cruz de las palabras
poniendo
clavos en el alma
y
sangrando luz en cada verso.
De
‘‘Libro del desierto’’
Omar
Ochi
Muchas gracias! Un placer leerlo y transportarse a esa vida ,a esa soledad nutrida ..precioso.
ResponderEliminarMarisa (Jazz y Letras)