Me
voy. No cerrés la última puerta.
Es
probable que mis pies ya no vuelvan
a
esconder su impureza en las alfombras.
Extrañaré
el color de tus gritos,
olvidaré
el camino de regreso a casa.
Pero
algo de mí volverá todos los días
cuando
la noche me preste
un
piano para estrangular la distancia
y
una boca para decir el frío.
Me
voy. Se hace tarde.
No
me esperés con tus panes hambrientos.
Quiero
probar el olvido…
De
‘‘Edel III: ventanas e historias de renacidos’’
Omar
Ochi
No hay comentarios:
Publicar un comentario