A
ella le prometieron cuarenta veces el cielo
y, ahora, todo lo que brilla
en los días de la jaula sin puertas
es el ardor de los puños que golpean
su bello rostro y sus alas rotas,
el tono abominable de los insultos y prohibiciones,
la dulce estrategia de pintar el infierno
con la suavidad de un ‘‘perdón’’.
y, ahora, todo lo que brilla
en los días de la jaula sin puertas
es el ardor de los puños que golpean
su bello rostro y sus alas rotas,
el tono abominable de los insultos y prohibiciones,
la dulce estrategia de pintar el infierno
con la suavidad de un ‘‘perdón’’.
Ella
es una y varias mujeres que sufren
con gaviotas en la punta de la lengua
y no se atreve a abrir el silencio.
con gaviotas en la punta de la lengua
y no se atreve a abrir el silencio.
No
le temas al bestiario ni a las amenazas del tiempo,
amiga de los espejismos y el dolor.
amiga de los espejismos y el dolor.
Inventa
la puerta y el puerto. Mírate la vida
en este espejo de oro.
Despierta de la ceguera de las rosas pisoteadas.
Levanta la cabeza, busca tu aventura,
cuéntale al mundo que vales mucho más
que esas estrellas que le cortaron a tu libertad.
en este espejo de oro.
Despierta de la ceguera de las rosas pisoteadas.
Levanta la cabeza, busca tu aventura,
cuéntale al mundo que vales mucho más
que esas estrellas que le cortaron a tu libertad.
De
‘‘Edel III: ventanas e historias de renacidos’’
Omar
Ochi
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